miércoles, 31 de octubre de 2012

Este dolor...

 
 
¡Ahora no!... más tarde.
 
Cuando el bullicio se recluya,
cuando la discreción venza,
cuando no fulguren las miradas
ensayando acertijos.
 
¡Ahora no!... más tarde
a Dios recporcharé tu ausencia.
 
Entonces el gemido de mi dolor
que hoy me desgarra en silencio
trisará hasta al mismo cielo.
 
Marina Flores Rozas
Chile


sábado, 23 de junio de 2012

En el adiós


No fue posible
en nuestro adiós oir
morir tus pasos.
La mezquina distancia
coartó hasta el sollozo.

Marina Flores Rozas
Chile

sábado, 7 de abril de 2012

viernes, 6 de abril de 2012

EN BÚSQUEDA DE FE





Iré -Señor - en tu Pasión Divina
a buscar las claves y el Misterio,
benditas enseñanzas en tu paso,
del amar generoso  y verdadero.

 
En la humildad, huella en tu vida,
que desde el pesebre te acunara
debiendo ser Rey fuiste un siervo
y llevaste con  modestia Tu Palabra

En la pobreza Señor que sin reclamo
en la senda de tu vida floreciera,
quién más bendito, quién más noble
que Tú, pues en ella hiciste huella.

En la obediencia tuya ante la Cruz,
¡Oh, Jesús en tu muerte, en tu dolor!
en la bondad que derramaste, en tu luz
en la misericordia, en la oración.

Señor, tu Pasión, tu cruel Calvario,
evidencia del más perfecto amor,
que sumiso sufriste por el hombre
un camino es para volver a Dios.

 
Marina Flores Rozas
Chile, 2012

martes, 6 de marzo de 2012

Ilusiones y copas.

 

En el regocijo de una noche festiva,

de ésas que licencian al alma y destierran congojas

la mesura se asfixia entre locuacidades

y el desenfreno danza como las mariposas,

me asilé en la complicidad de una copa de vino

que alardeó su gustillo solaz endulzando mi boca.



El choque del cristal enmudecía entre mordaces bromas

que  alborozados elogiábamos todos,

reviviendo otras  inventivas férvidas al correr de las horas.



En la mezcolanza de incesante humareda y trajines confusos

te encontré de improviso.  Se sacudió mi entraña

y mi garganta empuñando un ahogo cercenó  mis palabras. 

Martilló mis oídos un sonido violento y a mis pies el abismo

se abrió como la vez aquella cuando di  mi primer beso.



¿Cuántos años de ausencia? ¿Acaso ya importaba?

En mi cabeza un fiero torbellino desordenaba ideas

avivaba cenizas locamente, brutal,  desalmado

arrojó   los recuerdos al ruedo del ahora, pródigo, sin reparo

más que esa noche misma de excesos y  de juerga.



¿La fiesta? Retrocedió su bullicio unos pasos

pero mi corazón no supo de  edictos ni mesura y estalló

imprudente.  Se  incendió cuan hoguera mi rostro sorprendido. 

Allí estabas.  Cerré mis ojos y aspiré el aire espeso de fantasmas.



Alguien deslizó un abrazo sobre mis hombros y volví la mirada.

Unas palabras desmañadas y un aliento penetrante  de algún licor bribón

mi templanza repuso.   Sonreí, algo dije, no sé

y al buscarte no estabas.



El delirio apañó mis antojos. Los desgarró de mi alma.

Y realidad te hizo unos breves segundos.  Sí sé… alucinaba.

El  gustillo villano de varias copas de aquel  cárdeno vino de cepa bien nacida

en esa noche alegre abusó  de mi seso

y delató que aún te amaba.



Marina Flores Rozas

Chile

domingo, 1 de enero de 2012